Hoy me agarro al anuncio de Campofrío como un gato a las cortinas. Recuerdo el sentido que encontré a esto de ver lo bueno que uno tiene, y no debo olvidarlo nunca. Quizás me tendría que poner un cartel en el espejo del baño para verlo todas las mañanas, pondría algo así: “Tía espabila que la vida son dos días. Vales mucho, sal ahí y comete el mundo”. El caso es que en el infierno hace calorcito pero creo que con tomarme un par de cañas con el mismísimo Belcebú tengo bastante. No voy a tirar las campanas al vuelo porque tengo un largo camino por recorrer para volver a ver ese cielo azul, el caso es que he tomado la decisión más importante, así no puedo seguir porque yo no soy así. ¡Sal de mi cuerpo extraño y vete a tomar por saco que aquí no tienes sitio!.

Cuando pierdo las ganas hasta de cocinar suele ser muy mala señal, llevaba ya unas cuantas semanas en las que a menos que fuera por obligado cumplimiento no me apetecía nada meterme entre pucheros. Pero se lo debo a mucha gente, tengo mas gente al mi alrededor de la que pienso y se que no les puedo fallar, no debo fallarles. Además me he unido al #todosuma, un texto fantástico que escribió mi colega Fernando Ortega (enlace del artículo “Gente tóxica“), para mi Mister ILoveAceite. He decidido ser selectiva y pasar de la gente tóxica, sólo me quedo con los que sumáis, aportáis y os preocupáis por los demás, la empatía esta en peligro de extinción. No me gusta la gente que te chupa la energía y te hace pequeñito, insignificante.

Por eso mismo hoy os quiero contar un par de historias, de esas que te hacen reconciliarte con la especia humana, de las que te tocan la patatita y sabes que en cierta manera transmiten esa energía positiva que es la que debería fluir para todo el mundo. Los trapos sucios se lavan en casa y lávalos rápido que sino con los días empieza a oler. Una de ellas pasó este verano cuándo pasé mi pequeño infierno, al término de uno de los cursos en The Loaf se me acercó una mujer con voz dulce y cara de buena gente. Fue tan rápido todo que no tuve tiempo ni de reacción. Me dijo algo así: “Hola, te leo,  me gusta mucho no dejes de hacerlo” y me puso un maravilloso libro en las manos, un libro de cocina como no podía ser de otra manera. Mi asombro se comió mi rapidez de reaccionar y solo le pregunté si tenía twitter, no me dijo ni su nombre, se fue volando. Se que me lees y quiero que sepas que a parte de tener un hueco en mi balda de libros de cocina tienes un hueco en mi memoria.

medio

La segunda de estas historias no se queda atrás. Muchas veces hablo con vosotros y se me olvida que detrás de cada foto, de cada nick se encuentra un ser humano. Pierdo muchas veces la perspectiva, incluso pienso que no me lee nadie. Me equivoco, me equivoco otra vez. Hablo con ella y no se ni como es su cara, solo se que vive en Donosti y que anda por mi twitter poniéndome música y bonitas frases. Tan cercana que me hizo sospechar si la podía conocer, y claro si que me conoces porque como dije el otro día soy jodidamente abierta para lo bueno y lo malo, así que muchos de vosotros me conocéis porque yo lo quiero así, por compartir con el riesgo de tropezar con alguna persona tóxica o encontrarme gente maravillosa. Ella me dejó un regalo para mi y para mi pequeña con una nota que me llegó, en una pastelería de Donostia. Sigo sin conocerte pero que sepas que ya es como si lo hubiéramos hecho.

Estas dos historias me han hecho reconciliarme con el ser humano al igual que los bagels con mi cocina, había dejado de creer en un mundo mejor y creo que si busco puedo encontrarlo, lo que no me puedo permitir es tomarme mas de dos cañas con el diablo. Así que dos cañas y me voy, prometido.

BAGELS CON SALMÓN ESTILO NY

bagels 1

INGREDIENTES para 8 o 9 unidades:

900 gramos de harina de fuerza

520 gramos de agua

5 gramos de malta diastásica

9 gramos de levadura fresca

1 cuchara sopera de azucar invertido (miel, melaza…)

1 pizca de sal

Semillas al gusto

PROCESO:

Dentro del mundo de las masas esta es una de las mas fáciles, tiene la única complicación en encontrar los ingredientes. Desde que empecé a comprar mis harinas en El Amasadero no tengo mucho problema en encontrar cosas como la malta diastásica, podeis hacerla sin la malta pero la receta pierde un poco. Pasa lo mismo con el azucar invertido, podeis usar miel (tiene que ser suave, con poco sabor) o melaza.

Empezaremos poniendo todos los ingredientes en un cuenco, mezclaremos hasta que tengamos una masa uniforme. Volcaremos la mezcla en la encimera y amasaremos durante unos 15 minutos pero haciendo pequeños reposos de un minutillo. Cuando tengamos una masa tersa la meteremos en un cuenco, la taparemos y dejaremos fermentar bien tapado y a temperatura ambiente durante 1 hora.

proceso

transcurrido este tiempo quitaremos el gas y haremos bolas de unos 120 gramos, bolearemos bien y haremos un agujero en el medio, formaremos pequeñas rosquillas y las iremos colocando en una bandeja con papel de hornear debajo, taparemos bien con film transparente y dejaremos levar en el frigorífico unas 6 horas. Pondremos en una cazuela unos 2 o 3 litros de agua con una cucharada de azucar invertido, cuando entre en ebullición iremos escaldando cada bagel 45 segundos, los sacaremos a un cuenco con agua muy fría.

Con el horno precalentado a 240 grados meteremos nuestros bagels con bien de semillas o las especias que ams os gusten y los hornearemos durante unos 20/25 minutos. Sacaremos y dejaremos templar sobre una rejilla.

LA RECETA TÍPICA:

bagels final

Haremos una crema mitad queso philadelphia, mitad crema fresca, una pizca de sal, unos pepinillos pequeños picados, un poco (muy poco) de cebolleta picada y unas cuantas alcaparras, mezclamos todo bien y untamos la mitad superior del bagel. Sobre la otra parte pondremos el salmón ahumado y los brotes (estos siempre al gusto, los míos canónigos y rúcula). Cerramos el bagel y a zampar que son dos dias.

regalo

¡Buen provecho!  On egin!