Llevo tanto tiempo publicando por aquí y por allá que ya no calculo ni cuales ni dónde tengo publicadas ciertas recetas. También es un dato que una en mas de cinco años ha mejorado, menos mal, bastante. Esto quiere decir que tengo recetas publicadas con fotos que en el momento me parecerían buenas pero que ahora son una M muy grande.
Me pasa cuando alguien me pide una receta y le digo -“luego te la mando”- miro el enlace y me quedo como ese emoticono de cara de susto y manos aplastando los papos. Además que me pierdo si lo publiqué en este o en otra lugar y esta receta es tan buena, me gusta tanto y me hace pasar tantos buenos momentos que tenía que publicarla en mi rincón, que es mi lugar y mi refugio blogero.
Para esta receta más que los ingredientes necesitamos unas nociones básicas para que comprar un aguacate. Es una frase que mas de uno o una con la mirada sucia le hará sacar una sonrisa pícara. “Para saber que un aguacate está en su punto hay que tocarle el rabito suavemente, si se cae sólo sin hacer fuerza, el aguacate está para comer”. Si, hay que tocarle el rabito por no decir el rabo que por ponerlo en diminutivo va a sonar mejor, muy lascivo todo.
Bueno, una vez comprado el aguacate al que hemos dejado sin rabo vamos a intentar comprar un tomate decente, una lima fresca y los demás ingredientes que luego os pondré. Una receta fácil y que en todas las casas deberíamos saber para no caer en comprar esas cosas ya preparadas que venden en los supermercados y que podría pasar mas por pegamento de color verde que por guacamole.
El verano está a la vuelta de la esquina, hay que ir cogiendo ideas de recetas fáciles y frescas, esta es una de ellas así que tomad nota.
Ingredientes.
1 o 2 aguacates dependiendo el tamaño
1 lima
1/2 tomate
1/3 de cebolleta fresca
Sal
1 pizca de pimienta negra
Aceite de oliva virgen extra
Chile (opcional)
Cilantro fresco
Cómo se prepara.
Empezaremos cortando los aguacates por la mitad, quitando el hueso y vaciándolos. Exprimiremos la mitad de la lima, salpimentaremos y aplastaremos con un tenedor, no tiene que quedar como un puré, la gracia está en que quede un poco irregular.
Por otro lado picaremos cebolleta, tomate y cilantro y lo añadiremos al aguacate aplastado con un poco de aceite de oliva virgen extra y un poco mas de zumo de lima, removeremos y aplastaremos ligeramente y ya estará listo para comer.
Si tenéis un poco de chile picante se le puede añadir un poco. El guacamole lo deberías preparar al momento para que esté fresco, sabroso y no pierda color.
On egin!