En el último post ya hice terapia, ya vomité y parece que ir asumiendo es lo que un ciudadano de bien debe hacer (gran esfuerzo democrático por otra parte). También es verdad que para superar hechos traumáticos como los de las pasadas elecciones hay que darse un poco a las bebidas espirituosas, ponerse cerdo a comer todo lo mas calórico que se te ocurra y mandar la operación bikini a tomar por saco, las alternativas ilegales las dejo para vosotros que yo soy una mujer responsable (ejem, ejem) que no hace ese tipo de cosas (silbando en 3,2,1..). Al final hay muchas maneras de asumir o repeler un directo, o abres una botella de vino y das buena cuenta de ella o te tiras al congelador en plancha a por esa terrina de helado de emergencia que debe tener toda persona responsable.
Una que se quedó helada, malhumorada y todos los “-adas” negativos que te puedas imaginar pensó que la cocina como terapia iba a ser una buena idea. Además como mi concepto de operación bikini consta en rellenarlo bien para que luzca sin arrugas no corría el riesgo de quedar cual ballenato por que yo ya estoy en tamaño cachalote.
El caso es que hice el ejercicio de olvidar, y para olvidar hay que pasar página y para eso había que ir al mercado, ver qué me podía encontar y así ir pensando en el siguiente capítulo de mi vida. Llevo un año que paso del suspense a la tragedia (espero que no Griega) y con alguna que otra pincelada de frases de Pablo Cohelo, si de esas que sacan de quicio a cualquiera. Otro día hablaremos de lo que comparte la gente en sus muros de Facebook (hay una especie humana más allá de nosotros que vive en las redes sociales), esos que ponen fotos de dinero y creen que al día siguiente van a encontrarlo a manojos en la puerta de su casa, o esos que comparten fotos de niños enfermos, perros abandonados y todo tipo de tragedias, eso si siempre acompañado de la palabra “amén” faltaba más. Facebook los salvará (ironía modo On).
El caso es que aquel día me llevé una alegría, de esas de fashion victim histérica encontrando el chollo de su vida. ¡Había picotas en el mercado! ¡Reaccionar! o no me habéis oído. ¡Que había picotas en el mercado! Joder, pocas veces se pueden encontrar y me recuerdan de pequeña comiéndomelas, manchándome la ropa como si yo no la lavar y mirándome las manos y pensando que parecía que había asesinado a alguien. Qué gustazo por dios, ya no me iba a tener que tirar a bebidas espirituosas ni sustancias ilegales por que tenía picotas ¡yujuuuu! (si, lo sé, me falta un tornillo y lo peor es que no se donde lo he perdido).
Una que se conforma con poco, que aunque la vida se empeñe en darle patadas en el culo como si yo solita no supiera moverme me había dado una pequeña gran alegría. Qué Mariano, ni qué Mariano… ¡que había picotas! Con no poner el telediario y prepararme un súper helado con ellas la vida iba a ser mucho mejor y yo iba a crecer como persona. Ainara, ocupando cada vez mas espacio en este planeta desde 1978.
HELADO CREMOSO DE PICOTAS
Ingredientes.
400 gramos de picotas sin hueso
220 gramos de philadelphia
450 gramos de yogurt natural
120 gramos de azúcar blanca
60 gramos de azúcar invertida (o miel suave)
Heladera
Cómo se prepara.
Empezaremos deshuesando las picotas, podemos hacernos con un cuchillo o con un palillo chino y una botella. La primera opción ya sabéis cómo va, “cerecidio” en toda regla. La segunda, vais poniendo las picotas en la boda de la botella y con el palillo las traspasáis hasta que el hueso caiga dentro de la botella.
Cuando las tengamos las meteremos en un cuenco pero dejando unas cuantas para luego trocear y meterlas en el helado (unas 8 mitades suficiente), también añadiremos el azúcar y el azúcar invertido batiremos bien. A continuación añadiremos el queso y el yogur y batiremos todo conjuntamente.
Ésta mezcla la tendremos que dejar enfría al menos un par de horas antes de mantecarla en la heladera. Recordad siempre que la heladera la tenéis que tener preparada (cubeta en el congelador) de la noche anterior. Pondremos en marcha la heladera y mantecaremos durante 25/30 minutos. Iremos añadiendo las picotas que hemos reservado en trozos.
Una vez mantecado bien el helado lo pondremos en un tupper tapado con tapa y lo guardaremos en el congelador.
On egin!
Podéis hacer esta receta sin heladera y aunque no os quedará tan cremosos podéis conseguir grandes resultados. Cuando tengáis la mezcla la metéis al congelador y la dejáis un par de horas, sacáis y la mezcláis bien y la volvéis a meter al congelado otro par de horas. La opción para que os quede totalmente cremoso es pasarlo por una termomix una vez esté bien congelado. Si no tenéis termomix con una batidora también podéis conseguir un buen resultado. También es una buena mezcla para meter en moldes para polos.