Magdalenas con aceite de oliva

Este verano no me ha dado tregua y sé que os tengo un poco abandonados (que no olvidados). Ya sabéis que tengo una recién estrenada vida y en esta ya no hay ese tiempo mañanero en el que me encantaba escribir con una taza de café y buena música de fondo. Por otra parte estoy encantada de no tener tiempo casi ni para respirar y más por untrabajo que me apasiona. Mi pequeña es la que más nota mi ausencia, mi manera de hacerle ver que estoy a su lado es intentar que su pequeño mundo no se tambalee más de la cuenta. Me gusta saber lo contenta que se va con su hamaiketako (almuerzo) tan contenta y que éste le recuerde que su ama (madre) no se olvida de ella ni de noche ni de día.

También me pesa ver mi blog un pelín “abandonado”, prometo que haré el esfuerzo para que no le salgan telarañas y podamos seguir compartiendo recetas e historias. Se que mi cabezonería podrá con esto y más, esa cabezonería que ha hecho que en mi vida consiga muchas cosas. Imagino que no sólo la cabezonería ha ayudado, también el saber que sólo hay una opción, que pelear todos los días no es una elección sino una obligación. De momento mi lucha diaria me ha llevado a quedarme trabajando dónde yo quería, ese obrador de The Loaf estaba predestinado a formar parte de mi vida y mi esfuerzo diario se encamina a que sea durante muchos años.

Entre panes y masas pasa mi vida, madrugar nunca fué mi fuerte, soy una persona que entre comer y dormir siempre elegiría lo segundo. ¡Ayyy dormir! y lo que es peor aún, me encata trasnochar, claro está que mi cabecita a partir de las diez y media de la noche ya no carrula ni al cincuenta por ciento, ¡qué digo al cincuenta por ciento! ni al veinte, a esas horas soy un walking dead en toda regla o pero aún, veo el mundo en formato cinemascope. Sea como fuere haré el esfuerzo de seguir por aqui, por que compartir es una de esas cosas que me hace inmensamente feliz y la felicidad una vez que se encuentra hay que agarrarla bien fuerte.

MAGDALENAS DE ACEITE DE OLIVA.

Ingredientes.

3 huevos L

200 gramos de harina de respotería

125 gramos de azúcar

50 ml de leche entera

80 ml de aceite de oliva virgen extra (arbequina)

La ralladura de un limón

8 gr de Royal (impulsor)

¡Vamos a ello!

Empezaremos batiendo las yemas con el azúcar y el aceite por un lado, a continuación le añadiremos la leche y la ralladura del limón. Por otro lado pondremos las claras a punto de nieve. A la primera mezcla le añadiremos la harina que habremos tamizado con el Royal para añadir poco a poco las claras bien montadas con movimoentos envolventes para no perder el aire.

Esta es una mezcla que nos funcionará mucho mejor si la dejamos enfriar al menos un par de horas, incluso si la dejamos enfríar de un día para otro sería lo perfecto para conseguir que nos suban de una manera mucho más completa.

Pondremos las cápsulas de papel dentro de un molde metálico para que no pierdan la forma dejando un dedo sin rellenar y las hornearemos a 200 grados unos 18 minutos. Sacaremos y dejaremos enfríar antes de consumir.

On egin!