Ultimamente me siento un poco cambiante, hace un año escribí varios post criticando el tema Halloween, criticando como recibíamos una fiesta extranjera y la aceptábamos como propia cuando nosostros ya “celebrábamos” la muerte con el Dia de todos los Santos. Como una es capaz de pensar, recapacitar e incluso cambiar de opinión hoy os lo cuento, total hace mucho que lo que pienso es público hasta el punto de llegar al recoger a mi hija del cole y que la gente me comente el post del día (ahí es cuando me doy cuenta de que relamente hay gente que me lee). No creo que sea la única blogger que escribe pensándo que nadie la leerá, no lo creo.

Bueno que me voy de tema. Empiezo a mirar con mejores ojos a esto de reirse de la muerte, quizás sea porque este país pasa por un momento demasiado triste y gris y me parece que nos hace más favor reirnos de ella que regocijarnos en la tristeza de esta festividad que consiste en llevar flores a los seres queridos que ya no están (en la mayoría de las ocasiones sólo les llevan flores éste día) y comer buñuelos y huesitos de Santo. El caso es que compro Jalogüín (Halloween) por Todos los Santos, compro diversión por tristeza y forzosa festividad. Compro esa diversión porque al igual que no necesito un San Valentín para tener un detalle con mi pareja, tampoco necesito un Todos los Santos para acordarme de los que ya no están porque esos viven en mi todos los días y se que no necesitan flores, necesitan ser recordados por que con el recuerdo siguen viviendo.

El día que yo falte no quiero flores ni lágrimas sobre una tumba, quiero que brindeís con una buena cerveza por mi, miréis al cielo y me recordéis. El día que yo falte quiero que me recordéis por que me lo merezca y no por el simple hecho de haber muerto.

PAN DE CALABAZA, AMAPOLA Y CARDAMOMO

pan de calabaza amapola y cardamomo

Ingredientes:

200 gramos de puré de calabaza asada

140 gramos de MM integral de trigo

300 gramos de harina panadera

300 gramos de harina de fuerza

2 gramos de malta diastásica

30 gramos de azúcar

12 gramos de sal

50 gramos de semillas de amapola

290 gramos de agua

2 o 3 bayas de cardamomo

Instrucciones:

Empezaremos asando la calabaza, cortada en trozos, salpimentada y con un poquito de aceite de oliva virgen extra. Hornearemos la calabaza a 180 grados unos 50 minutos siempre dependiendo del grosor de los trozos de calabaza. Cuando esté asada dejaremos que se enfríe y a continuación quitaremos la piel y aplastaremos la carne de calabaza con un tenedor.

Por otra parte pondremos la harina, la sal, la malta, las bayas de cardamomo bien machacadas, el azúcar, la MM, la calabaza, las semillas de amapola y el agua. Aplastaremos bien la calabaza que habremos machacado con un tenedor para que se una bien a la masa. Haremos un amasado normal con reposos y amasados de unos pocos segundos, cuando hayamos hecho 4 o 5 tandas de amasado y reposo la dejaremos tapada levar sobre dos horas.

Transcurrida estas dos horas sacaremos la masa y la desgasaremos ligeramente, no importa que quede alguna burbuja que otra, formaremos una bola y la dejaremos fermentar o bien toda la noche en el frigorífico sacándola al día siguiente y dejándola un par de horas a temperatura ambiente o hacemos una fermentación normal de sobre unas 4/6 horas.

Mi pan está horneado en cocotte a 220 grados con tapa 20 minutos y a 200 grados destapado 40 minutos más. Si lo hacéis sin cocotte, hornear a 210 grados con humedad los primeros diez minutos y 45 minutos más sin humedad. Sacaremos y dejaremos enfríar sobre una rejilla.

proceso

On egin!