Hacer pan es de las mejores cosas que le ha pasado a mi cocina. Se puede educar o maleducar el paladar, me doy cuenta mirando a mi pequeña Laia. En un principio sólo quería probar el pan de molde porque el de hogaza de masa madre no le gustaba. Todo es acostumbrarse y me he dado cuenta este fin de semana viendo como Laia se come este pan a dos carrillos. Imagino que si uno se acostumbra a algo soso y sin gracia la explosión de sabor es más difícil de asimilar, mi pequeña panarra está haciendo su base de datos de sabores, olores y texturas y yo cómo me alegro.
El caso es que este es uno de los panes que más me gusta hacer, será que una es cervecera y panera. Ha llegado el momento en el que mis panes no quedan sólo ricos sino que además quedan bonitos. Tengo una responsable de que mis panes hayan tomado otra perspectiva. Me he viciado a cocinar en cocotte y aunque no sea de Le Creusset es más que digna. Lo malo es que no puedes esperar pegado al cristal del horno a ver como tu pan sube, pero también tiene el factor sorpresa que de otra manera no sería posible a menos que no pudieras estar al ladito del horno.
Abrir la tapa de la cocotte pasados los primeros 20 minutos de cocción es simplemente sorprendente, nunca sabes lo que te encontrarás ahí dentro. Casi siempre un pan maravilloso como me pasó esta vez. Y como he tenido hordas de twitteros e instagrameros que me habéis pedido, suplicado y en muchas casos exigido aquí estoy sentada frente al ordenador para complacer vuestros deseos.
Ahora sólo espero que lo pongáis en práctica que tengáis buen ojo con la cerveza, haceros sibaritas y encontrad esa cerveza ALE sin filtrar con todas sus levaduras. Cada vez es más fácil encontrarlas por el buen hacer de los cerveceros artesanales. Aquí, en Donosti, ya hay algún supermercado que se está poniendo las pilas en este tema, sino tenéis una tiendita de cervezas en la calle 31 de Agosto muy interesante, y como no también podéis tirar de las maravillosas cervezas con las que nos suelen deleitar los chicos de Pantori. Lo que no tenéis que utilizar nunca es una cerveza normal y corriente porque esas no tiene ni pizca de esas levaduras que necesitaremos para que nuestra pan salga perfecto.
¡Viva el pan y viva la cerveza!
PAN DE CERVEZA EN COCOTTE
Ingredientes:
Para el Barm:
250 gramos de cerveza ALE
50 gramos de harina de FUERZA
4 cucharas de asa madre blanca
Para el pan:
180 gramos de barm
230 ml de agua
500 gramos de harina de FUERZA
Una cuchara sopera de miel o azúcar invertido
1 gramo de malta enzimática (opcional)
8 gramos de sal común
Proceso:
Para empezar esta receta tenemos que tener la masa madre bien despierta. Pondremos la cerveza en un cazo y con la ayuda de un termómetro esperaremos a que llegue a los 70 grados. En ese momento añadiremos la harina y removeremos bien hasta que no queden grumos. A continuación dejaremos que temple hasta llegar hasta los 20 grados, este será el momento de añadir la masa madre blanca, removeremos bien y dejaremos unas cuantas horas o toda una noche. La usaremos como la masa madre.
Pondremos el barm, la sal, la harina, la miel, la malta y el agua y amasaremos hasta conseguir una masa homogénea. Haremos una secuencia de amasado de amasado de 15 segundos y reposos de 10 minutos, en total unas 5 o 6 veces. Formaremos una bola y la meteremos en un cuenco tapado con un trapo, lo dejaremos fermentar entre una y dos horas dependiendo de la temperatura de vuestra cocina.
Por último quitaremos el gas a la masa y formaremos una bola la meteremos en el banetton o similar (en mi caso un cuenco con un trapo) bien enharinado y dejaremos levar de 4 a 6 horas. Meteremos la cocotte al horno a 220 grados unos 20 minutos, la sacaremos y meteremos la hogaza cortada para que greñe en la cocotte, taparemos y meteremos la horno durante 20 minutos. Una vez pase este tiempo quitaremos la tapa y seguiremos horneando a la misma temperatura otra media hora. Sacaremos y dejaremos reposar sobre una rejilla.
¡Viva el pan! ¡Viva la cerveza!
Buena receta y buenas fotos. Este blog siempre me abre el apetito.