Esta receta es como el mismísimo demonio, de verdad que no debería ponérosla y más sabiendo que la mayoría estáis ya con la operación bikini. Tengo un viaje pendiente a Nueva York y la verdad es que espero que no pase mucho tiempo hasta que pueda hacerlo. Tengo un par o dos docenas de viajes pendientes antes de que la vida pase, la verdad es que viajar era uno de mis hobbies favoritos, prefiero no pensar la última vez que salí al extranjero, bueno sí que Francia lo tenemos muy cerquita.
El caso es que Nueva York es una de esas ciudades que muero por conocer, quiero callejear, que me duelan los pies de tanto recorrer y conocer. Quiero comer, mirar lo altos que son los rascacielos, ir al baloncesto, a algún musical de Broadway, vamos que tendría que seguir ahorrando. Además no podré esperar a la jubilación porque seguramente eso no ocurra nunca, nuestro futuro es morir trabajando, supongo que lo de vivir lo podemos dejar para la siguiente reencarnación.
Cuando la corriente gris me lleva intento hacer un ejercicio de autoconvencimiento de que aquellos tiempos que fueron muchísimo mejores quizás algún día vuelvan. La verdad es que empiezo a estar cansada de tanta tristeza, malas noticias y pesadumbre, quiero que alguien me diga algo bonito, alguna buena noticia, ni tan siquiera la espero para mi simplemente que a alguien de los que me rodeáis os pase algo grandioso. De esas cosas que te llegan a ti, ¡quiero una buena noticia!
Mientras espero sentada a que eso suceda seguiré cocinando y agarrándome a esas cosas bonitas que tengo en mi vida. Mientras el destino decide si nos da una oportunidad yo se la daré a mi michelín para que siga viviendo en mi.
NEW YORK CHEESE CAKE
INGREDIENTES:
Para la base:
1 paquete de galletas María
100 gramos de mantequilla
Para el relleno:
900 gramos de queso Philadelphia
200 ml de yogurt Griego
250 gramos de ázucar
3 huevos
Zumo y ralladura de medio limón
3 cucharas soperas de harina
Media vaina de vainilla
INSTRUCCIONES:
Empezaremos triturando las galletas y mezclándola con la manetquilla semiderretida. Pondremos papel de hornear en el fondo del molde para bizcochos, de los que se pueden desmontar. Echaremos la galleta con la mantequilla en el interior aplastándo bien, meteremos en el frigorífico 10 minutos para que se endurezca ligeramente.
Para el relleno pondremos todos los ingredientes en un cuenco y batimos intentando no meter mucho aire en la mezcla, cuando tengamos todos los ingredientes bien integrado echaremos la mezcla en el molde de la tarta, daremos un par de golpecitos para que el rellenos quede bien asentado. Hornearemos a 150 grados 1 hora y dejaremos templar media hora más con el horno apagado y la puerta entreabierta.
La podemos comer así pero para mi lo mejor es acompañarla de una mermelada casera de frutos rojos, también podeís utilizar una mermelada comprada rebajada ligeramente con agua.
¡Buen provecho! On egin!
Mmmmm qué delícia! Es verdad que ya estamos comenzando con la operación bikini, pero de vez en cuando un caprichito como este merece la pena ;P Así que me anoto la receta de esta fantástica tarta 😉 Y a ver si pronto puedes hacer este viaje a Nueva York! Yo también iría corriendo… o nadando… hahaha
Un abrazo!
Que ganas de ir a la Gran Manzana! Algún día iré y así podré saber si mis bagels y mi tarta de queso se parece algo a las de alli.
la voy a llamar tarta de queso te cagas lo buena que tiene que estar
Jaajjajajja me parece un buen nombre!