Entre los diferentes tests que nos hacían en el colegio hubo uno que me marcó enormemente. No recuerdo bien si tenía 12 o 13 años cuando los curas de mi cole nos hicieron lo que ellos llamaron un test de orientación. El test en cuestión se supone que servía para orientarnos cuales eran nuestras capacidades a desarrollar, para mi aquello era mas como marcar a las vacas a fuego vivo. Ellos creían fervientemente en este tipo de pruebas, no se si incluso más que en su propio Dios. El caso es que una que siempre ha sido una chica responsable aun no habiendo sido una estudiante diez fué marcada a fuego con el resultado de aquel panfleto. ¿Cuál fué el resultado de ese panfletucho? Creo recordar hasta la frase: “Ainara tu futuro estará en trabajar con las manos”. Me sentó fatal y me imagino que analizándolo con el tiempo y la madurez de hoy no me lo tenía que haber tomado así. Lo compredí de la manera que ellos quisieron que lo entendiera haciendo gala de esos colegios donde se marca a los niños de una manera casi hasta cruel, entendí que no valía para estudiar,en definitiva que me habían hecho la cruz.
Pasan los años y me veo trabajando con mis manos y me reconcome pensar que quellos curas, que aquel test tenían razón. Me cuesta pensar que algo que en su día me pareció totalmente desacertado al final, después de reinventarme , sería verdad. ¡Ay que de vueltas da la vida! y más que dará y vete a saber a dónde llegaremos. El caso es que aun no habiendo estudiado cocina parece ser que me voy a mover por este mundo, bueno llevo ya más de 2 años intentando ganarme la vida con algo que me apasiona. No está mal intentarlo, no está mal perseguir un sueño mientras la vida te lo permita. Mientras pueda por aqui seguiré con mis recetas y mis fotos, mis fotos y mis recetas, mis historias, mis neuras y todas estas cosas. Me gusta seguir pensando que nadie me lee, me sigue gustando seguir siendo como soy, me gusta esa sensación de pensar que algo bueno está por llegar y si no llega lo buscaré yo. ¿Seguimos peleando?
Ingredientes (para unas 20/30 unidades).
3 huevos L
195 gramos de azúcar glas
195 de almendra molida
105 gramos de harina normal
1 pizca de sal
Almendras fileteadas
1 huevo para pintar las tejas
Papel de hornear
Rodillos o vasos de tubo para dar forma a las tejas
Proceso.
Empezaremos tamizando el azúcar glas y mezclándolo con los huevos, cuando los tengamos bien integrados con el azúcar añadiremos la almendra, mezclaremos bien. A continuación tamizaremos la harina y la iremos añadiendo poco a poco, también añadiremos la pizca de sal. Cuando la mezcla esté bien homogénea la meteremos en una manga pastelera. Pondremos papel de hornear en la bandeja del horno, haremos pequeños montoncitos de la masa, pintaremos con huevo batido y aplastaremos bien con las manos, nos tiene que quedar bien fino porque luego se hinchan en el horno, terminaremos echándoles almendras fileteadas. Hornearemos a 210 grados unos 10 minutos. Sacaremos y les daremos forma sobre un rodillo, después dejaremos enfríar sobre una rejilla.
Trucos: Para que nos queden bien drujientes tenemos que intentar hacerlas finas y tienen que estar bien horneadas sino nos quedaran gorditas y blandas. Para darles la forma de teja hay que hacerlo de una manera muy rápida o se nos romperan al intentar manipularlas. Lo mejor para darles forma sería sacar una a una con una espátula del horno (para que no pierdan temperatura) e ir dándoles la forma.
On egin!
Las vueltas de la vida … Lo admirable es la capacidad de reinventarse y de seguir intentando hacer lo que nos apasiona. ¿Quién sabe lo que nos espera? Besos
Reinventandonos estamos unos cuantos. A veces esta bien que la vida te obligue a ello para acabar haciendo cosas que al final te hacen más feliz.
En fin, como chica del Norte, creo que ya me toca probar a hacer tejas. Ya te contaré.
Muxus
Maite