La mayoría de mis recuerdos de infancia están relacionados con la gastronomía. Recuerdo hacer trufas con mi madre, lo que me costaba esperar a que se enfriara la masa para darle forma y el vicio que era meter el dedo en aquel chocolate tan irresistible. Aquellos años en los que mi madre estoy segura no tenía tiempo ni para respirar sacaba tiempo para nosotros. Que no se os escape ese tiempo de calidad para pasar con ellos excusándoos con mil y un argumentos que todos conocemos y que entiendo como reales. También os digo que el cansancio que uno tiene después de una larga jornada es mas pequeño que la satisfacción de compartir con ellos buenos momentos, ellos con el tiempo lo agradecerán, lo recordarán y formará parte de su persona.
El tiempo es ese bien que no se compra pero se gasta, que luchamos para que no se nos escurra por las manos y como decía mi abuela María: “vas a tener toda la eternidad para dormir”, así que ponte las pilas que para esos pequeñajos que son parte de nosotros compartir con ellos es el mejor legado que les podamos dejar.
Además habiendo chocolate de por medio, pudiéndose manchar (para eso están las lavadoras) y chuparse un poco esos minideditos manchurreados de chocolate no puede ser más perfecto.
Unos pocos ingredientes, paciencia para que se enfríe la masa y unas manos pequeñitas para formar las trufas, no te hace falta nada más. Bueno sí, tener ganas de compartir ese poco tiempo que nos queda con ellos. Seguro que no os arrepentís.
Ingredientes:
100 gramos de chocolate al 70%
50 gramos de chocolate con leche
120 gramos de nata para montar al 35%
30 gramos de mantequilla
1/2 cucharilla de miel (opcional)
Cómo se preparan.
Empezaremos sacando la mantequilla que necesitamos del frigorífico, no hace falta que esté a punto pomada pero si que necesitamos que no esté demasiado fría. Continuamos troceando los chocolates y poniéndolos en un cuenco. Por otro lado calentaremos la nata, que esté casi a punto de ebullición, echaremos la nata al cuenco dónde tenemos el chocolate troceado.
No dejaremos de remover hasta que veamos que mas o menos está todo bien integrado, añadiremos la mantequilla ,que la habremos sacado del frigo un rato antes y la habremos cortado en dados pequeños, y seguiremos removiendo. Una vez tengamos una mezcla homogénea dejaremos que los niños metan el dedo para hacer un control de calidad, este paso es muy importante, y meteremos la mezcla en un recipiente, taparemos con film trasparente y meteremos en el frigorífico al menos un par de horas.
Prepararemos el cacao en polvo en un plato, con una cucharilla haremos porciones y diremos a los peques que se remanguen para que hagan bolitas y las pasen por el cacao (en éste paso no debería chuparse los dedos sino no terminaréis nunca).
Una vez tengamos las bolitas las pondremos en un plato o fuente y las dejaremos media horita de frigorífico antes de consumir.
On egin!
